Las principales enfermedades y plagas de insectos de la Paulownia
Tratamiento de la Paulownia contra los parásitos.
La paulownia se ve afectada por numerosas enfermedades y plagas de insectos. En el norte, está infestada principalmente por la escoba de bruja, aunque los ataques de insectos comedores de hojas también constituyen un grave problema. En el sur, las plagas principales son los insectos comedores de hojas y los gorgojos. También son frecuentes los escarabajos de la sarna y los pájaros carpinteros.
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Enfermedad de la escoba de bruja.
La paulownia escoba de bruja es una enfermedad grave en la actualidad (Figura 1-2). Es más grave en las regiones septentrionales. En los últimos años, se ha observado que la escoba de bruja se ha extendido hacia el sur. Daña el crecimiento de los árboles y mata los brotes jóvenes y los plantones. La propagación de la escoba de bruja se ve facilitada por el aumento de la superficie plantada de paulownia y la gran cantidad de material utilizado para la propagación vegetativa.
Figura. 1.
Figure 2.
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Síntomas
La escoba de bruja es una enfermedad infecciosa. Los síntomas aparecen en ramas, troncos, flores y raíces. A continuación se enumeran los principales síntomas, pero varían en función de la especie. En las ramas infestadas, las yemas axilares y adventicias brotan en gran número y forman grupos de ramitas. Los entrenudos están engrosados y la filotaxis está alterada. Las láminas foliares son amarillas, pequeñas y finas, con venas y arrugas marcadas. Estas ramitas no se caen en invierno y parecen escobas, de ahí el nombre de la enfermedad. Acaban marchitándose y muriendo al cabo de uno o dos años de estar infestadas. Los pétalos se convierten en hojas y los pedicelos en ramitas en las que se desarrollan yemas axilares y se forman nuevos racimos de ramitas. El cáliz se vuelve fino, amarillo pálido, transparente y sin pelos. El pedúnculo se deforma por completo.
Esta enfermedad puede afectar a árboles de distintas edades. En las zonas donde el hamamelis es una enfermedad grave, la incidencia en las plántulas ronda el 5%. En los árboles jóvenes, es del 5 al 30%. Las plántulas recuperadas se ven gravemente afectadas. La incidencia acumulada es del 50-80% en paulownias de más de 4-5 años. La escoba de bruja de la paulownia afecta gravemente al crecimiento de los árboles jóvenes y reduce su crecimiento en un 20-25%. También afecta gravemente al crecimiento del sistema radicular. En 1975, se realizaron investigaciones en plantas de vivero, principalmente en los sistemas radiculares de plantas completamente enfermas, plantas con raíces enfermas y plantas sanas de menos de 1 m de altura. Los resultados mostraron que la longitud total del sistema radicular de las plántulas sanas era de 1.230 cm, frente a los 465 cm de las plántulas infestadas.
La introducción del patógeno de la escoba de bruja en los árboles provoca una serie de cambios fisiológicos que conducen a cambios metabólicos, alteraciones del metabolismo, desequilibrio del metabolismo energético, desnutrición y muerte progresiva. Las pruebas demuestran que el contenido de clorofila y proteínas de las hojas infestadas ha disminuido entre un 30 y un 40% en comparación con las hojas sanas.
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Patógeno e infección
Los materiales infectados se examinaron mediante microscopía óptica y electrónica. Se detectaron secciones ultrafinas de tallos de hojas y tejidos de láminas foliares, y se examinaron micoplasmas mediante microscopía electrónica. Existen numerosos micoplasmas en los tubos cribosos de los árboles afectados, con partículas grandes y pequeñas mezcladas en el mismo tubo criboso grande y pequeño. Los micoplasmas varían en forma (redonda, elipsoidal, etc.) y tamaño (200-820 m de diámetro).
La enfermedad se propaga generalmente por el uso de material vegetal infectado y por ciertos insectos como Empoasca flavescens. Las semillas de árboles enfermos están libres de la enfermedad y al germinar se forman plántulas y arbolitos normales. También es posible la inoculación del patógeno por medios mecánicos.
Figura 3.
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Métodos de control
Se utilizan los siguientes métodos de control.
- Los árboles afectados deben retirarse del vivero y de las zonas recién plantadas en cuanto se detecten, y quemarse.
- Se cortan las ramas afectadas de los árboles, preferiblemente de tres años o más, y se aplica una pomada a base de terramicina y vaselina (1:9) en las heridas, que deben envolverse y cubrirse con un paño de polietileno. Al cabo de tres años, una comparación de los árboles podados con y sin el uso de la pomada mostró una mejora. No obstante, es preferible aplicar la pomada, ya que favorece la cicatrización de las heridas, reduce las infecciones posteriores y mantiene el patógeno dentro de los árboles. Los datos comparativos sobre los efectos de la poda en diferentes estaciones mostraron que podar dos veces, en verano (normalmente a mediados de junio) y a principios de otoño (primera quincena de septiembre), daba mejores resultados, ya que el verano y principios de otoño son periodos activos de crecimiento de los árboles, durante los cuales el patógeno se desplaza con el flujo principal de nutrientes y muestra síntomas de infección. Por tanto, la poda en verano y a principios de otoño puede reducir la incidencia del patógeno. La frecuencia de la poda depende del estado de la enfermedad.
- Desinfección de las raíces afectadas: Las raíces de las plantas afectadas por la escoba de bruja se han convertido en una de las principales causas de propagación de la enfermedad en los últimos años. El cultivo de plantones procedentes de raíces tratadas puede prevenir o reducir la infestación. Existen varios tratamientos posibles:
- Sumergir las raíces en agua caliente a 45-48°C durante 20 minutos.
- Remojar las raíces en una solución antibiótica: 500-1000 unidades de antibióticos como tetraciclina, neomicina, ureomicina y kanamicina.
- Sumerja las raíces en soluciones que contengan boro (0,01-0,5%), tiosulfato de sodio (2%), sulfato de sodio (1%) y sulfato de zinc (0,1%) durante 6-12 horas. A continuación, se secan las raíces al sol durante uno o dos días antes de plantarlas. Se trata de una forma económica y eficaz de prevenir y controlar la escoba de bruja, como ha demostrado la experiencia adquirida durante un periodo de cinco a seis años.
Medidas de control integradas:
- Para la propagación vegetativa, elija esquejes de raíz de árboles sanos de la mejor calidad. Un vivero antiguo en el que se hayan cultivado plantas de paulownia durante dos años no debería volver a utilizarse hasta pasados varios años.
- Deben introducirse estrictas medidas de cuarentena y controlarse la transferencia de esquejes de raíz de la zona afectada a otros lugares. Los esquejes de raíz deben tratarse previamente con agua caliente o productos químicos si se van a transferir a otros lugares.
- La lucha contra los insectos debe llevarse a cabo en las zonas donde los viveros y los árboles jóvenes se ven gravemente afectados por plagas de insectos, en particular Empoasca flavescens, Cicadalla viridis y la chinche. Deben aplicarse medidas silvícolas como la plantación de buenos árboles en lugares apropiados y con una separación adecuada, la poda oportuna y la prevención de los daños causados por la maquinaria.
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Antracnosis.
La antracnosis es una de las principales enfermedades que afectan a las plantas jóvenes.
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Síntomas
La antracnosis (Figura 4) daña las hojas, los peciolos de las hojas y los brotes de las plántulas de paulownia. Los limbos de las hojas dañadas muestran manchas pálidas que se agrandan hasta convertirse en manchas marrones, casi redondas, rodeadas de un color amarillo verdoso. Las manchas tienen aproximadamente 1 mm de diámetro y se agrietan en el centro. Las hojas infestadas se caen pronto. Cuando las venas de las hojas nuevas resultan dañadas, sus láminas suelen arrugarse y deformarse. Cuando se ven afectados los pecíolos, las nervaduras de las hojas y los brotes, las manchas son inicialmente pequeñas, de color marrón claro y redondas, después se extienden verticalmente y se vuelven elípticas o irregulares con un centro hueco. En infecciones graves, varias manchas se unen y a menudo provocan el marchitamiento y la muerte de los brotes. Las manchas suelen mostrar racimos de conidios rojos o pequeñas manchas negras después de la lluvia o en climas húmedos.
Figura 4.
Condiciones que favorecen el desarrollo de la enfermedad.
La temperatura óptima para la germinación de las esporas es de 25°C y la humedad relativa óptima es del 90-100%. Durante el periodo vegetativo, las precipitaciones y la humedad influyen en la propagación y el desarrollo de la enfermedad. Si los plantones se plantan demasiado densos, mal ventilados, a la sombra, húmedos o delgados y débiles, la tasa de infección llega a ser muy alta.
Métodos de control
- Los viveros deben establecerse lejos de las plantaciones de paulownia y deben trasladarse tras el brote de la enfermedad. La plantación debe adaptarse al clima local, de modo que el periodo de germinación temprana no coincida con la estación de lluvias.
- Hay que procurar fomentar un crecimiento vigoroso de las plántulas para aumentar su resistencia a las enfermedades.
- El suelo debe tratarse con 8 g de pentacloronitrobenceno por m2 o sulfato de hierro, etc. por m2, de tres a cinco días antes de la siembra. Remojar las semillas en una solución al 0,2% de acetato de fenilmercurio durante 30 minutos antes de la siembra. La pulverización con una mezcla bordelesa al 0,5-0,7% dos veces al mes durante el periodo vegetativo es una medida de control eficaz.
- Esfaceloma (Sphaceloma paulownia Hara).
El esfaceloma (Figura 5) de la paulownia es una enfermedad común que afecta a los plantones y árboles jóvenes de paulownia. A medida que los brotes se desarrollan, aparecen manchas marrones con un borde amarillo en las hojas jóvenes y a veces en los tallos. Más tarde, aparecen pequeños agujeros redondos en las zonas afectadas. Las manchas de las hojas también están unidas por roturas irregulares. Las venas dañadas de las hojas jóvenes suelen provocar la deformación de las hojas.
Figura 5.
Las manchas en los pecíolos de las hojas y en los tallos jóvenes tienen forma redondeada o elíptica. Las manchas pardo-negras forman bandas y se convierten en costras que hacen que los brotes y las hojas jóvenes se enrosquen, marchiten y mueran si la infección es grave. El calendario de esta enfermedad es similar al de la antracnosis. Los métodos de control son los mismos que para la antracnosis.
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Secado de plantas jóvenes.
La desecación de plántulas (Figura 6) afecta principalmente a las plantaciones jóvenes de primavera. Sus principales síntomas son la pudrición de los brotes, la desecación, la pudrición del tallo y de las hojas y la pudrición de las raíces. La patogénesis de esta enfermedad es muy compleja, pero los principales organismos responsables son las especies Rhizoctonia solani y Fusarium. Los patógenos pasan el invierno en fragmentos de plantas en el suelo y comienzan a propagarse a principios de la primavera, tras el deshielo. La gravedad de la infección depende de las características del suelo, de la acumulación de patógenos en él y, quizá lo más importante, del modo de propagación.
Rhizoctonia solani
Figura 6.
Los métodos de control son los siguientes:
- El lecho de siembra se desinfecta con una solución de sulfato de hierro al 3% (FeSO4) a razón de 4,5 kg/m2. La siembra tiene lugar siete días después de la desinfección.
- Para combatir la infección, pulverizar con mezcla bordelesa una vez cada 10-15 días. En caso de infestación, pulverizar con topsin que contenga un 50% de radical metilo.
Otros hongos que afectan a la paulownia:
- Phyllactinia imperialis
Miyabe;
- Uncinula clintonii Peck;
- Cercospora paulownia
Hori;
- Mycosphaerella paulownia Shirai et
Hara;
- Valsa paulownia;
- Miyabe y Hemmi;
- Septobasidium tanakae (Miyabe) Boed et Steinm.
Estos patógenos no son muy comunes y no causan daños significativos. La mejora de las prácticas agrícolas para garantizar un crecimiento sano y fuerte de los árboles puede reducir la frecuencia y gravedad de las enfermedades.
Además, hay dos especies de Loranthus parasiticus que son parásitos del tallo que causan daños importantes. Se trata de Loranthus parasiticus (Linn.) Merr. y L. yadoriki Sieb.
Los principales insectos que dañan la paulownia son:
Agrotis ypsilon (Rott.), A. toxionis Butler, Euxoa segetum Schiff, Serica orientalis Matsch, Anomala corpulenta Matsch, Holotrichia diomphalia, Gryllotalpa unispina Saussure, G. africana palisot de Beauvois, Empoasca flavescens (Fabricius), Cicadalla viridis L., Cryptotothlea variegata Snellen, Psilogramma menephron Cramer, Batocera horsfieldi Hope, Megopis sinica White та Basiprionota. El alcance de los daños causados por los insectos varía de una región a otra, y actualmente se están recopilando datos detallados.